El clima tiene efectos visibles en el aspecto del cabello, sobre todo la lluvia y el viento, frecuentes en invierno. También la humedad, el aire seco y frío y el calor artificial hacen que el pelo sea frágil y difícil de manejar. Las recientes investigaciones han identificado tres tipos de Síndromes que afectan al cabello en mayor o menor grado.
Algunos estudios realizados por expertos en el cuidado del cabello y sus principales problemas señalan diversas afecciones capilares:
El Síndrome del Pelo Sahara, que se encuentra en la zona centro peninsular, se nota por un pelo quebradizo, seco y encrespado causado por los cambios bruscos de temperaturas. La calefacción y el uso frecuente del secador asociados a las temperaturas suelen deshidratar el cabello.
El Síndrome del Pelo Triste, típico en Galicia, Asturias y País Vasco, provoca un pelo apagado y sin brillo, debido a la lluvia y la alta humedad del aire asociada a la falta de sol.
El Síndrome del Pelo Gorro, sobre todo presente en el área del Cantábrico y en los Pirineos, tiene por síntoma un pelo sin volumen, pegado, grasiento en la raíz y estático en las puntas. El uso de gorra o sombrero produce mayor sudoración en el cuero cabelludo, dejando en la raíz una sensación de suciedad y un aspecto reseco en las puntas que quedan expuestas al viento, frío y lluvia.
El experto Andy Uffels de Pantene Pro-V da los consejos más útiles para tratar estos problemas. En caso del Síndrome Pelo Sahara hace falta controlar la humedad de la atmósfera del hogar. Recomienda aplicar semanalmente un acondicionador hidratante y recomienda utilizar cepillos de cerdas naturales en vez de plásticas.
En cuanto al Síndrome del Pelo Triste, Uffels recomienda secar el pelo a una temperatura baja, restringir el uso de rizadores y planchas de alisado y utilizar productos de fijación que realcen el brillo del cabello. Finalmente, para combatir el Síndrome del Pelo Gorro, se puede lavar el cabello con champú purificante para quitar el exceso de suciedad y la aplicación de una protección acondicionadora intensa.
Lavar bien
Otro especialista de la misma firma, Rafael Artero, afirma que el lavado y el acondicionado del cabello son los dos pasos básicos para conseguir un pelo sano. Una adecuada aplicación de champú y acondicionador repercute en la salud, fuerza y brillo de cabello. A través del lavado limpiamos nuestro cabello de la suciedad y el polvo. Algunos de sus trucos son:
Elegir un champú adecuado: cada persona tiene unas necesidades distintas y debe adecuar la frecuencia del lavado a éstas. Tenemos que conocer nuestro tipo de cabello y cuero cabelludo y analizar si existe alguna necesidad específica que queremos solucionar (cabello castigado o seco, grasa, caspa, etc.).
Humedecer el cabello con agua tibia.
Aplicar el champú con un masaje suave y la ayuda de las yemas de los dedos. Nunca se debe frotar en exceso el cabello.
Aclararlo, dejando que el agua corra a través del pelo mientras lo acompañas del interior hacia exterior. Darse el último aclarado con agua fría para que las cutículas estén bien cerradas.
Retirar el exceso de agua con una toalla o aplicando presión con los manos pero sin retorcer el cabello.
Extender el acondicionador (o la mascarilla) por todos los mechones, desde las puntas hacia arriba, pero sólo hasta donde se necesite. Dejar actuar unos minutos.
Aclara el cabello una vez más.
Si es posible, dejar que el cabello se seque al aire libre. Si utilizas el secador, hacerlo después de haber quitado la humedad del pelo con una toalla y no centrar todo el calor en un punto concreto.
Algunos estudios realizados por expertos en el cuidado del cabello y sus principales problemas señalan diversas afecciones capilares:
El Síndrome del Pelo Sahara, que se encuentra en la zona centro peninsular, se nota por un pelo quebradizo, seco y encrespado causado por los cambios bruscos de temperaturas. La calefacción y el uso frecuente del secador asociados a las temperaturas suelen deshidratar el cabello.
El Síndrome del Pelo Triste, típico en Galicia, Asturias y País Vasco, provoca un pelo apagado y sin brillo, debido a la lluvia y la alta humedad del aire asociada a la falta de sol.
El Síndrome del Pelo Gorro, sobre todo presente en el área del Cantábrico y en los Pirineos, tiene por síntoma un pelo sin volumen, pegado, grasiento en la raíz y estático en las puntas. El uso de gorra o sombrero produce mayor sudoración en el cuero cabelludo, dejando en la raíz una sensación de suciedad y un aspecto reseco en las puntas que quedan expuestas al viento, frío y lluvia.
El experto Andy Uffels de Pantene Pro-V da los consejos más útiles para tratar estos problemas. En caso del Síndrome Pelo Sahara hace falta controlar la humedad de la atmósfera del hogar. Recomienda aplicar semanalmente un acondicionador hidratante y recomienda utilizar cepillos de cerdas naturales en vez de plásticas.
En cuanto al Síndrome del Pelo Triste, Uffels recomienda secar el pelo a una temperatura baja, restringir el uso de rizadores y planchas de alisado y utilizar productos de fijación que realcen el brillo del cabello. Finalmente, para combatir el Síndrome del Pelo Gorro, se puede lavar el cabello con champú purificante para quitar el exceso de suciedad y la aplicación de una protección acondicionadora intensa.
Lavar bien
Otro especialista de la misma firma, Rafael Artero, afirma que el lavado y el acondicionado del cabello son los dos pasos básicos para conseguir un pelo sano. Una adecuada aplicación de champú y acondicionador repercute en la salud, fuerza y brillo de cabello. A través del lavado limpiamos nuestro cabello de la suciedad y el polvo. Algunos de sus trucos son:
Elegir un champú adecuado: cada persona tiene unas necesidades distintas y debe adecuar la frecuencia del lavado a éstas. Tenemos que conocer nuestro tipo de cabello y cuero cabelludo y analizar si existe alguna necesidad específica que queremos solucionar (cabello castigado o seco, grasa, caspa, etc.).
Humedecer el cabello con agua tibia.
Aplicar el champú con un masaje suave y la ayuda de las yemas de los dedos. Nunca se debe frotar en exceso el cabello.
Aclararlo, dejando que el agua corra a través del pelo mientras lo acompañas del interior hacia exterior. Darse el último aclarado con agua fría para que las cutículas estén bien cerradas.
Retirar el exceso de agua con una toalla o aplicando presión con los manos pero sin retorcer el cabello.
Extender el acondicionador (o la mascarilla) por todos los mechones, desde las puntas hacia arriba, pero sólo hasta donde se necesite. Dejar actuar unos minutos.
Aclara el cabello una vez más.
Si es posible, dejar que el cabello se seque al aire libre. Si utilizas el secador, hacerlo después de haber quitado la humedad del pelo con una toalla y no centrar todo el calor en un punto concreto.
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