martes, 19 de febrero de 2008

PIEL CANSADA O APAGADA

Estres en la Piel

El estrés afecta a nuestra piel igual que a otras partes del cuerpo. Afecta desde dentro el organísmo por causa de enfermedades, por una mala nutrición, por las tensiones que provoca la familia y el trabajo diario, el ruido, la contaminación...
El estrés se puede llegar a sufrir sin darnos cuenta ya que se manifista con muy diversos síntomas. Los problemas para concilir el sueño, la falta de apetito, los cambios bruscos de humor e incluso la falta de deseo sexual son algunos de ellos.

En cuanto al estrés en la piel, se manifiesta también de formas diferentes según si la piel es sensible, si es una piel ya madura... Por ejemplo en el caso de la piel sensible, el estrés se manifiesta causando picor, descamación y hasta escozor. La piel reacciona de forma negativa contra el estrés. Lo más recomendable en estos casos es la aplicación de pomadas o cremas calmantes para pieles sensibles y en casos más graves acudir con prontitud al dermatólogo.
En los casos en los que la piel se muestra apagada, con un tono triste y casi enfermizo es muy probable que se deba a la falta de hidratación o a la contaminación atmosférica. Es en estos casos en los que se deben aplicar cremas de día y de noche para reconstruir la capa celular dañada.

Las pieles adultas o maduras acusan el estrés con la aparición de bolsas en los ojos, arrugas más prominentes... El motivo es que la energía de la epidermis, en momentos de estrés, es cedida a otros órganos para su mejor funcionamiento. Para intentar solucionar el problema es recomendable un tratamiento de choque estimulante de la renovación celular. Muchos cosméticos en la actualidad pueden devolver la luminosidad, frescura y elasticidad de la piel perdidas.

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